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Foto del escritorPablo Díaz

Pilla-pilla trófico



Sea cual sea el paradigma educativo bajo el que cada uno se sienta más cómodo y más allá de ponernos a discutir sobre la mejor manera de reflejar la diversidad intelectual en el proceso de aprendizaje, lo que sí compartiremos todos es que “haciendo es como mejor aprendemos”, es decir, que propiciar la implicación del alumno de forma activa asegura un aprendizaje más significativo y perdurable.


Con esta premisa, y con la comprensión conceptual de la pirámide trófica como objetivo, planteé esta actividad a mis alumnos.




Previamente preparé unos brazaletes improvisados (a base de papel de color y cinta adhesiva) distintivos para cada nivel trófico:

- Productores

- Consumidores primarios

- Consumidores Secundarios

- Consumidores Terciarios

- Descomponedores


Cada grupo tenía un color distintivo y una misión:

- Productores: sobrevivir

- Consumidores primarios: pillar a los productores y evitar ser pillados.

- Consumidores Secundarios: pillar a los primarios y evitar ser pillados.

- Consumidores Terciarios: pillar a los consumidores primarios y secundarios.

- Descomponedores: salvar a los pillados y “convertirlos en productores”.


Hicimos una primera ronda de prueba y después dividí la clase en dos “ecosistemas” con diferente distribución limitados por las líneas del campo de fútbol.


Lo más importante de la actividad fue la reflexión posterior sobre el equilibrio de los ecosistemas y las relaciones de parasitismo o simbiosis que se generaron.


VARIACIÓN:

Si se quiere hacer una actividad con mayor carga de aprendizaje se puede introducir la siguiente variación:

Cuando alguien es pillado pasa a formar parte del otro nivel (puesto que sirve de alimento).

Para que no se acaben convirtiendo todos en consumidores terciarios, los descomponedores pueden ir pillando a consumidores terciarios (muerte natural) y convirtiéndolos en productores.

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