“Entre la vid y el cielo” es una novela histórica ambientada en los primeros años del siglo XVII. Es un tiempo convulso, de crisis a muchos niveles, pero sus gentes, como en todo tiempo,  no hacen otra cosa que amar y odiar, traicionar y perdonar, vivir y morir. 

 

La historia transcurre en la Villa de Aspe, perteneciente al señorío de la Casa de Maqueda.  Aspe es una tierra rica en vides y

 todo tipo de cultivos. Sus campos son regados con el agua de las acequias y sus suelos arados por las manos de los moriscos que suponen las tres cuartas partes de la población. 

 

Gabriel es un maestro que enseña a los pocos niños que pueden contratar sus servicios. No obstante, reduce su salario para  ofrecer a los hijos de padres menos pudientes, el poder del conocimiento. Es idealista y romántico y, aunque experimentar la imposibilidad de cambiar las cosas le hace perder la ingenuidad, nunca ceja en su lucha. 

 

Su hermano, Marcos, es nombrado párroco del pueblo. Es un hombre noble de recta intención pero extremadamente terco. Como sacerdote, lucha hasta el último momento por la conversión de los moriscos, en contra de la mayoría de vecinos. 

 

Juntos viven la tragedia del decreto de expulsión que deja al pueblo sumido en el caos. Marcos, como párroco y Gabriel, en el consell, tratan de devolver al pueblo  la vida en medio de innumerables dificultades. Al mismo tiempo luchan por conseguir el anhelo de los aspenses: construir una nueva y mayor iglesia para Aspe.  

 

Sus vidas son reflejo de todos aquellos hombres y mujeres que se enfrentan cada día al duro reto de confrontar sus sueños con la realidad. Es una historia de superación y entrega por causas que no siempre están respaldadas por la mayoría.