Dicen que en los momentos críticos es cuando las personas mostramos la verdadera pasta de la que estamos hechos. Ocurre en tragedias, en situaciones desesperadas o en crisis como la que estamos viviendo; el ser humano responde ante lo inaudito con su mismo ser. Podríamos decir que los dramas son espejos en el que se ve reflejada nuestra esencia.
Nos encontramos en un momento histórico para nuestro país y para el resto del mundo. El COVID-19 ha tambaleado los cimientos de nuestra sociedad propiciando un contexto inimaginable hace apenas unos días. Esta situación excepcional afecta de forma radical y directa al ámbito educativo, forzando el cierre de los colegios.
Los profesores vivimos los últimos días de docencia presencial como un auténtico torbellino. No muy diferente de cómo seguramente lo viviría el conjunto de la sociedad pero con una pequeña diferencia: ante nosotros teníamos decenas de alumnos para los que debíamos guardar la compostura mientras hacíamos de tripas corazón y poníamos en marcha toda nuestra creatividad, el trabajo en equipo, las posibilidades de la tecnología y un engranaje inédito para que el, probable aunque no cierto por aquel entonces, cierre de los centros educativos no dejara a nuestros alumnos desamparados.
Seguro que ha habido profes que han tenido respuestas muy diversas ante esta situación poniendo de manifiesto, cómo decía arriba, la pasta de la que estamos hechos, pero quiero compartir aquí un tributo a aquellos profesionales que han tomado los limones de esta pandemia y han hecho una limonada digna de una estrella michellin. He sido testigo de una reacción en cadena de profesionalidad, creatividad y superación para ofrecer a los alumnos y sus familias una continuidad en el proceso de enseñanza-aprendizaje absolutamente magnífico.
Quiero compartir aquí un tributo a aquellos profesionales que han tomado los limones de esta pandemia y han hecho una limonada digna de una estrella michellin.
La tecnología ha venido una vez más en nuestra ayuda y, aunque lo fundamental, como siempre, es la relación directa entre el profesor y su alumno, hemos encontrado una nueva vía de contacto que hasta hace bien poco era utilizada únicamente por unos pocos adelantados. He visto verdaderos esfuerzos por hacerse con el dominio de plataformas y APPS para algunos antes desconocidas, compañeros arrimando el hombro y ofreciendo ayuda de forma desinteresada, he visto una transformación en algunos docentes que hace unos pocos días consideraba imposible, profes ayudando a profes, profes a alumnos, profes a padres, alumnos a alumnos... Esta crisis ha sacado lo mejor de muchos de nosotros
De esta, no solo saldremos juntos, sino que lo haremos mucho más reforzados. Esta experiencia está suponiendo un verdadero experimento social hacia un nuevo modelo educativo y aquellos que estamos aprovechando para explorar nuevas vías empezamos a vislumbrar caminos que ni siquiera sabíamos que existían. Estos nuevos pasos abrirán el futuro de la educación hacia un marco de aprendizaje enormemente enriquecido.
Habrá, como en toda profesión, quien aproveche la coyuntura para desentenderse, mandar cuatro fichas y desconectar pero me consta que, afortunadamente, son los menos. Ellos sabrán lo que se pierden…
Mañana, cuando esta pandemia acabe, los profesores volveremos al aula, a nuestras programaciones y clases, a prestar nuestras manos o a dejarlas en nuestros bolsillos, a innovar o a mantenernos estáticos, a escuchar o a cerrar nuestros oídos... pero lo haremos con el imborrable recuerdo de aquellos de nuestros compañeros que cuando realmente se les necesitó estuvieron a la altura de las circunstancias poniendo por encima de todo el bien de sus alumnos y utilizando para ello todos los medios a su alcance.
Cuando en el futuro pensemos en estos momentos trágicos, recordaremos qué altura de miras tuvimos cada uno de nosotros, cuáles fueron nuestras prioridades, pensaremos en los héroes y cobardes de estos momentos, en las decisiones valientes y coherentes y en aquellas basadas en la cobardía, el egoísmo o la falta de coherencia.
Mañana, cuando todo esto pase, recordaremos a aquellos profes que arrimaron sus hombros para construir un futuro mejor.
