Todavía con la resaca de la generación Z, que ya abandona las universidades y empieza a entrar en el mundo laboral, nos topamos en las aulas con los alumnos pertenecientes a la generación Alpha o Táctil. Son los hijos de los millennial (pertenecientes a la generación X) y ya son la segunda generación a la que se considera nativa digital. Su mundo será radicalmente diferente al que conocieron sus padres y abuelos y su propia idiosincrasia, su cosmovisión, valores y principios, configuran un marco psicosocial que no podemos pasar por alto.
Pero, ¿quiénes son estos niños y niñas Alpha?
Su nombre proviene de la primera letra del alphabeto griego. Dado que subsiguen a la generación Z, última letra del alfabeto, debían comenzar con la primera. Denotan también a la primera generación del nuevo siglo y del tercer milenio de nuestra era. Toda una responsabilidad la suya, vaya.
También se les conoce como generación T, por táctil, ya que su mundo gira entorno a la tecnología de las pantallas digitales. En mi humilde opinión, Alpha define mejor la posición que la historia otorgará a los seres humanos de esta generación.
Consideramos Alpha a los nacidos con posterioridad al año 2010. Sus características se diluyen con los últimos niños nacidos en la generación Z, pero, como veremos a continuación, el momento concreto en el que les ha tocado vivir, condiciona de tal forma su forma de vivir que no podemos sino hablar de una nueva generación.
En cuanto a su representación social, se espera que para 2025 representen 2000 millones de la población mundial, lo que supondrá casi el 25 % del total.
Y, ¿qué influencia tiene Internet y las TIC en su vida?
Los niños y niñas de la generación Alpha nacieron el año que Apple lanzaba su primer iPad. La eclosión de la IA y su aplicación a todos los ámbitos de la vida, el cloud computing o trabajo en la nube surge también en estos años para cambiar el mundo y desterrar las memorias externas, usb's... casi al olvido. Aumenta la velocidad de transmisión de datos con el 4G, se empieza a hablar por primera vez del Internet de las cosas, cada minuto se generan millones de gigabytes y los datos se convierten en el petróleo del siglo XXI...
En un mundo así, no cabe duda que la tecnología tendrá un papel determinante en el crecimiento y la configuración de estos niños digitales. Ya desde pequeños, por muy discutible que sea la salubridad de esta costumbre, los niños crecen rodeados de tecnología, sus ojos y dedos pegados a pantallas que se utilizan como las niñeras o el prozac del nuevo milenio. Su exposición a Internet no tiene, por tanto, precedentes en la historia. Sus relaciones, su aprendizaje, su ocio, la lectura, el trabajo... todo en su vida gira en torno a Internet. Entre sus aspiraciones se encuentran las de imitar a sus ídolos de la generación Z que se han convertido en youtubers, gamers o tictoquers... niños y jóvenes que influyen en los demás a través de las redes sociales. Algunos incluso viven de ello, creando la ilusión o la esperanza de que cualquiera puede conseguirlo, empeñando en ello todo su tiempo y su creatividad.
Y, ¿qué futuro les espera?
Si atendemos a los análisis sociológicos actuales, encontramos como única variable continua e inmutable, el cambio. Es lo único que no "cambia". Cambian las modas a un ritmo vertiginoso, cambia la tecnología, con una obsolescencia cada vez más inmediata, cambian las tendencias, cambia la política, se suceden las noticas a un ritmo vertiginoso... todo se mueve a golpe de tweet.
Los niños y niñas de la generación Alpha se adaptan al cambio como pez en el agua. En sus menos de 11 años de vida no ha habido estabilidad laboral, política, social o tecnológica alguna. Han vivido dos crisis económicas, el paso del iphone 4 y el Galaxy S a los móviles de pantalla táctil plegable, y cámara de 50 megapíxeles...
El acrónimo VUCA (volatility, uncertainty, complexity, ambiguity) define perfectamente el mundo en el que crecen estos niños. El cambio es una constante en aceleración continua. La Inteligencia Artificial, la robótica, el internet del todo, la red 5G, la automatización de puestos de trabajo... el futuro que les espera es, efectivamente, incierto.
Sólo hay una certeza, el aprendizaje a lo largo de toda la vida será una condición necesaria. Las fronteras de la enseñanza académica e institucional irán cediendo en pro del aprendizaje autónomo, las microformaciones y la enseñanza informal.
Así pues, ¿podemos continuar igual?
Después de este ligero análisis, sin profundizar en exceso, pero remarcando los hitos más importantes de esta generación que actualmente cursa la Eduación Primaria, me pregunto: ¿realmente podemos continuar sosteniendo un sistema educativo configurado para una sociedad del siglo XIX?
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