A pesar de la falta de reconocimiento, de la constante falta de respeto hacia nuestra labor, de la falta de consideración hacia nuestras responsabilidad, a pesar de que nuestro sueldo no es acorde a la labor social que desempeñamos y el tiempo que dedicamos a nuestro trabajo, a pesar de los quebraderos de cabeza, de las noches sin dormir, de las tardes de verano corrigiendo, ... A pesar de todo, y con mucho, tengo la suerte de trabajar en la profesión más maravillosa del mundo
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