La Taxonomía de Camperos es un modelo propuesto en 1992. Es, quizás, el más sencillo de todos y más fácil de aplicar en el aula, pero con ello perdemos matices que nos ofrecen las otras taxonomías.
En esta taxonomía encontramos 3 tipos de aprendizaje:
- APRENDIZAJE REPRODUCTIVO. En el que el alumno únicamente debe reconocer y recordar por lo que sólo necesita repetir y reproducir lo almacenado en la memoria. Dentro de este tipo de aprendizaje se incluiría:
El reconocimiento de información: preguntas de pruebas objetivas, seleccionar información conceptual...
La reproducción o evocación de la información: en la que se pide al alumno demostrar la retención de estructuras conceptuales o metodológicas.
- APRENDIZAJE PRODUCTIVO. En el que el alumno necesita poner en juego sus interpretaciones, interrelacionar contenidos, proponer alternativas, ejecutar acciones... Aquí entrarían en juego las producciones convergentes y divergentes de Guilford o las categorías intelectuales de Bloom.
Producciones convergentes (creación activa del alumno bajo cánonces preestablecidos)
- Aprendizajes que requieren una interpretación del contenido.
- Aplicación de estructuras conceptuales, metodológicas o instrumentales para el tratamiento de situaciones específicas (emplear principios, leyes, metodologías... para resolver problemas)
Producciones divergentes (creación por parte del estudiante sin patrones rígidos)
- Emplear la transferencia para organizar una producción nueva con aportaciones personales.
- Producir un plan de acción
- Ejecutar un plan de acción.
- PRODUCCIONES EVALUATIVAS. En el que el aprendiz debe emitir un juicio crítico, tomar decisiones y crear nueva información.
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