No cabe duda de que vivimos en un mundo digital que se ha visto transformado por la irrupción y el desarrollo exponencial de la tecnología y, sobre todo, del mundo virtual y digital.
Nuestros alumnos, por su parte, son ya parte de la segunda generación nativa digital, la Generación Alpha o Táctil, y su vida entera y la configuración de sus sinapsis neuronales, están condicionadas por el uso que hacen de los dispositivos móviles, así como su interacción social se ve afectada por las redes sociales y las aplicaciones móviles.
Resulta lógico, por lo tanto, que la Competencia Digital esté presente en este perfil de salida de la educación básica. En su definición encontramos el uso crítico, saludable y responsable de la tecnología que es, precisamente, una de las carencias y mayores problemas en cuanto a adicciones, exposición a delitos y malas praxis que estos nativos digitales tienen en cuanto a su uso. Que un niño crezca usando Youtube, Tiktok o Snapchat no asegura que sepa hacer un buen uso de la tecnología que soporta ese software.
Si atendemos a los descriptores de esta competencia, resulta evidente que evaluar la habilidad de hacer búsquedas en internet, integrar contenidos digitales, participar en actividades o iniciarse en el desarrollo de soluciones digitales solo puede llevarse a cabo a través de una metodología activa y utilizando herramientas de evaluación como dianas de evaluación, rubricas o escalas estimativas.
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