La globalización del aprendizaje es un tema recurrente en la educación. Precisamente, sus idas y venidas y sus implantaciones en distintos contextos con mayor o menor rigurosidad son una de las causas por las que actualmente este modelo se encuentra denostado.
La globalización, ya sea a través de cualquiera de sus posibilidades, supone una respuesta pedagógica para organizar coherentemente el currículo en base a la percepción natural del niño con respecto a la realidad. Esta organización ayuda a generar un marco de aprendizaje significativo en el que las conexiones con los conocimientos previos y la transferencia del conocimiento se realizan con mayor naturalidad.
La globalización puede llevarse a cabo como suma de diferentes materias eligiendo actividades entorno a un tema seleccionado, puede implantarse también en base a la interdisciplinariedad en la que las distintas áreas interactúan y se enriquecen o desde la transdisciplinariedad, preocupada en cómo los alumnos construyen el aprendizaje.
En la siguiente infografía os dejo información sobre cada uno de los tres modelos de globalización.
No obstante, el enfoque globalizador de la educación no deben llevarnos a integrar absolutamente todo el conocimiento en torno a ejes significativos pues de esa forma construiríamos propuestas artificiosas que en nada beneficiarían a los niños y su aprendizaje.
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