Al igual que ocurre en el Aprendizaje Basado en Proyectos, las Situaciones de Aprendizaje deben plantearse en torno a la resolución de un problema vinculado a la vida real y la elaboración de un Producto Final que dé respuesta al interrogante planteado y, a través del cual, el alumno demuestra la adquisición de las competencias trabajadas.
El producto final se refiere a un producto tangible o intangible de una tarea pedagógica o proyecto que debe estar orientado a presentarse a una audiencia real, sea esta el aula del alumno en cuestión u otro público pertinente a la actividad.
A través del Producto Final, se determina la integración de las Competencias Específicas trabajadas, poniendo el foco de la evaluación, por tanto, en la acción del alumno y no tanto en la del docente - es lo que denominamos evaluación formativa -. De esta forma, nos alejamos del planteamiento mecanicista del aprendizaje.
Pero, para que este Producto Final sea efectivo y eficaz, es necesario que reúna una serie de características:
Debe estar contextualizado.
Debe dar respuesta o solución al problema o tarea planteada.
Debe reflejar los aprendizajes alcanzados durante el proceso.
Debe tener un enfoque competencial.
Debe ser auténtico.
Algunos ejemplos de Productos Finales en función del formato podrían ser:
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